Bonilla a la Vista vende en dos meses lo que antes en dos años con el tirón del Óscar

La aparición de las patatas Bonilla a la Vista en la película «Parásitos» incrementó exponencialmente el comercio online de la marca, cuya fábrica recibió la visita del conselleiro de Medio Rural

César Bonilla, el patriarca de Bonilla a la Vista, volvió a recordar este lunes el tirón que supuso la aparición de la lata de las patatas coruñesas en Parásitos, la oscarizada cinta surcoreana, la primera en habla no inglesa en ganar la  estatuilla a mejor película.

Aprovechando la visita a la fábrica de Arteixo del conselleiro de Medio Rural, José González, el propietario de la factoría confirmó que «la venta online subió tanto que se vendió en dos meses como en dos años». 

«Algún día tenía que llegar y si llegó vamos a aprovecharlo», añadió Bonilla, que también comentó que han constatado la fidelización de clientela, ya que algunas personas se «han dado de alta en la web para comprar todos los meses dos latas de patatas por Internet».

Solo en España, la venta online de las patatas Bonilla se incrementó en torno a un 120 % respecto a las cifras anteriores al salto a la fama, lo que ha empujado a la firma familiar a aumentar la plantilla en más de un 10 % en la zona de producción. 

«Estamos trabajando por lo mejor, entusiasmados», recalcó el empresario de 87 años, que consideró que la visibilidad alcanzada con Parásitos es «más que un premio, una satisfacción muy grande».

El conselleiro de Medio Rural, José González, subrayó el papel referente de Bonilla a la Vista en el campo de las exportaciones de productos gallegos y anunció que a lo largo de este año la Xunta realizará una nueva campaña de promoción utilizando el sello de Galicia Calidade «como un reclamo que acoja a toda la producción agroalimentaria que refleja esa excelencia de nuestro rural». En esta iniciativa para incentivar las ventas de productos con Denominación de Origen e Indicación Geográfica Protegida, desde los vinos a la miel, la leche o los quesos, se incluirán también las patatas Bonilla a la Vista en la sección de aperitivos.

En este sentido, subrayó que la patata gallega con Indicación Geográfica Protegida alcanzó en el 2018 una facturación superior a los seis millones de euros, y recordó que la gallega es la tercera comunidad de España en número de productos con denominaciones de origen, un total de 36.

Señaló también las ayudas impulsadas para la transformación y comercialización de productos agroalimentarios, con más de 135 millones de euros distribuidos este año entre agricultores y ganaderos, e indicó que siguen convocadas ayudas por un importe de 26 millones.

César Bonilla: «Lo del Óscar disparó la venta on line»

Pablo Portabales

Bonilla a la vista

Más o menos cada quince días, sale un contenedor del puerto de Marín con destino a la lejana Corea del Sur con patatas Bonilla. Cuando un barco está partiendo, en la factoría del polígono de Sabón ya empiezan a freír la siguiente remesa

Aunque está acostumbrado al interés mediático, reconoce que «esto fue un bum tremendo. Llegué a la fábrica y estaban los de Telecinco. A mí me entrevistan y hablo. «Digo lo que me sale porque es lo que llevo haciendo toda la vida», confiesa con su estilo directo de siempre. El pasado 7 de diciembre cumplió 87 años. «Nací el día que mi madre cumplía 20 años», apunta este veterano al que no se le escapa ningún detalle. En cada respuesta incluye una anécdota.

La película que triunfaría seguro sería una sobre la vida de César Bonilla. Se llevaría más Oscars que Titanic. El barquito que forma parte de la imagen de Bonilla a la vista superaría al mítico trasatlántico. «La verdad es que todavía no fui al cine a ver la película surcoreana.

Me contó el jefe de ventas que era un poco larga, dos horas y pico. Tengo que animarme, aunque la verdad es que voy poco al cine», reconoce. La presencia de sus latas de patatas en el filme Parásitos no solo tuvo repercusión en los medios. «Se contabilizaron miles de entradas en redes sociales. Lo del Oscar disparó la venta on line, de 8 a 80, una barbaridad. En Barcelona se agotaron las latas y me llamó una persona para que le guardásemos una a una amiga que venía de China… Una locura», destaca el empresario.

Fuente: lavozdegalicia.es

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